Una tarde de calor en la terraza de una cafería, tres amigas y por supuesto una de esas charlas tan trascendentales para nosotras y tan nimias para ellos.
-Estoy muy cabreada, chicas, resulta que en el reconocimiento médico de la empresa, me han dicho que mido 1,54 cm. ¿Les parece que soy poco bajita como para robarme más centímetros?
-Eso es que no te has estirado bien, Noe. No se empieza a menguar hasta los 60 años. Así que tranquila.
-Eso, Cris, tú dale caña, eres única a la hora de animar a la gente. Noe, esas maquinitas unas veces miden más otras menos... no son exactas mujer.
-Puede, pero me han robado centímetros y me han regalado kilos.
-Tienes que quitar medio kilo de los zapatos, otro medio kilo de la ropa, otro medio kilo del desayuno...
-No había desayunado, me pesé descalza y en bragas. Definitivamente, no valgo para nada. ¡Camarero! Tráigame un helado de cinco bolas para la depresión.
-Bueno, que seas poquita cosa, no quiere decir que no valgas para nada. ¡Camarero! Tráigame un batido de chocolate para la depresión de mi amiga.
-Y encima, mi marido me dice que tengo un culo de un tamaño que no se corresponde con mi tamaño.
-Pues dile que él también tiene alguna cosilla bastante más diminuta de lo que le corresponde por edad y altura. Anda que... menudo tacto tu queridísimo. ¡Capullo!
-Y luego está Elena.
-¿Quién es Elena?
-La vecina del 6º.
-¿Y qué pasa con Elena? Este helado está de muerte.
-Divina de la muerte es ella. Siempre de punta en blanco, bien peinada, le queda bien todo lo que lleva...
-Seguro que en el trabajo la odian.
-Yo quiero que me odien por estar buenísima. Este batido pide otro.
-Todos tenemos defectos y ella no va a ser menos.
-Pues yo no le veo ninguno.
-Seguro que es súper peluda.
-No tiene pinta. Peluda soy yo, que parezco un oso y me dejo un dineral en la depilación por láser.
-Pues tendrá juanetes.
-No creo.
-¿Los dientes postizos?
-Demasiado joven.
-Algo tiene, seguro.
-Si, un estilazo que te mueres. Parece que sale de casa para ir a rodar un anuncio y decir eso de : porque yo lo valgo. Si ayer me la encontré en el super por la tarde y estaba perfecta, no como yo que después de trabajar todo el día parecía que venía de hacer maniobras de combate.
-Pues que asco de vecina.
-Pues sí... Fue Edu, el que se encargó de informarme, que era la vecina del 6º y que se llamaba Elena, claro que de todo esto se enteró por casualidad.
-Vaya con Edu, se olvida de vuestro aniversario pero no de que la chica despampanante de la reunión de vecinos se llama Elena y vive en el 6º.
-Cris, cómo te gusta meter el dedo en la llaga.
-La cosa es que yo a su lado no soy nada
-Si no eres nada, es que eres algo. Es pura lógica. Si un cuadro no te dice nada, ya te sugiere algo, aunque sea NADA.
-Ya salió la filósofa. ¡Camarero, otro helado y no aplaste las bolas para que parezcan cinco cuando se de sobra que está robándome una! Es horrible, unas tan divinas y otras tan normales tirando a poco.
-Seguro que ella no se mete entre pecho y espalda dos helados de 5 bolas cada uno.
-Nueve, nueve bolas, que en el helado anterior faltaba una. Es que cada vez que me cruzo con ella me minimizo.
-Como la pantalla del ordenador. Ahora me minimizo, ahora me maximizo, ahora me cierro.
-Pues a mi ahora mismo se me debe estar maximizando el culo con tanto helado.
-Madre mía. Chicas os aseguro que me siguen gustando los hombres, pero esa chica es increíble.
-Genial, es mi vecina. Corto , cambio y me minimizo, mejor aún, desaparezco.
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